jueves, 21 de octubre de 2010

Buenos Aires en la mente...

Baires... ese bicho gigantesco y vanidoso esperando aventureros del azar, es como si vieras a Gregorios Samsa convertirse en ciudad, almas gigantes caminan mirando al suelo y luego ves a un pordiosero tomando vino, le cae una moneda de un peso, cada cual se siente preso pero esa pequeña mimada al borde del Rio de la Plata le da a quien se lo pida bares, librerias, antros muertos, porquerias, sacrilegios, perfume de puerto, un psicopata poeta tirandole letras al viento, un viejo matero, los lujos de Puerto Madero, la sonrisa casi burlona de un ladron en Constitucion un perro sediento, lobos en bosques de Palermo, cien metros de caminito, hojas cayendose a tus pies, hombres con aletas de pez, rubias al natural, amantes que no saben amar, sordidos murmullos de pajaros, gentes, buses y Corrientes, Florida a la moda, un hombre colgando de una soga el buen borracho don Joaquin, todos conocen lo que es el spleen cuando al caminar hacia el subte pasan de largo abrigos y faldas y en la pared la pobre Mafalda se rie del mundo sola, sin lectores, todos son protectores de su propia soledad, nadie va de par en par, bueno quiza en los asensores... ¿Ciudad de pobres corazones"? si, pero pide a gritos alguien que entre tantos millones de entes poco soñadores, se atreva por un instante a decirle "mi amada Baires aqui me trajo mi destino y aqui me vengo a quedar"....

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