jueves, 15 de enero de 2009

Chiquititas y Yo

Me desperté un día como cualquier otro, con un chuchaqui producido por Messenger y mi nuevo mejor amigo Ikariam, ya eran como las 12 y algo más, fui por mi café, y mientras me preparaba mi desayuno prendí la televisión, di una vuelta a los pocos canales nacionales, como no había nada mejor que ver le dejé en algo que por lo menos sabía de lo que se trataba, era una novela argentina que mi ñaña (cuando tenía el control) me hacía ver hace algunos años, era la sexta temporada de “Chiquititas”, sí, así es esa misma novela infantil con canciones optimistas, ideas esperanzadoras, duendes, fantasmas como el Fantasma de la Ópera, “libro de la vida”, y ese tipo de cosas (usen su imaginación).
No sé que tenía en mi cabeza cuando por esos prejuicios de no poder disfrutar de algo catalogado como para niñas, me quejaba porque la María (o sea mi ñaña) estaba viendo esa misma novela, aunque no era esa misma, era la temporada anterior, la del 99, en todo caso era con los mismos huérfanos, y la misma situación, unos niños huérfanos que por alguna extraña razón (siguiendo una estrella en el caso de la novela que veo ahora) llegan a un lugar donde con su alegría, esperanza, y buenos sentimientos en general logran superar todos los obstáculos que se les presentan y llegan a ser relativamente felices en su “Rincón de luz”, o al menos hasta el comienzo de una nueva temporada donde una tragedia les lleva a empezar todo otra vez. Sea como sea, para quienes no entiendan (o pretendan no hacerlo), un pequeño resumen: Ana y Juan (de la quinta temporada) se casan y se van de luna de miel en el globo de Ana (si no me equivoco) y sufren un accidente aéreo, así dejan a un grupo de niños sin nada, estos son llevados a un orfanato de mala muerte, del que logran escapar luego van a vivir a un bosque y por esas cosas que nadie sabe logran sobrevivir (por lo menos la mayoría, otros se perdieron en el viaje o en el bosque mismo), siguen a una estrella que les lleva a una casa que por fuera es una completa desgracia, pero por dentro es como una juguetería, deciden quedarse en ese lugar a pesar de que descubren que en esa casa pasan cosas raras, pues hay un “fantasma”, a más de esto, a esa misma casa llega una señorita de buena presencia (Luz) que escapaba de la policía o algo así (ya no vi esa parte), pero es una buena persona la verdad, como los niños no podían dejarse ver solos la aceptan como una supuesta tía. En la casa siguen viendo cosas raras, como un mayordomo con delirio de actor que ya habitaba la mansión, o un muñeco de duende que al estornudar se hacía un duende de carne y hueso, pero además de todo estos niños crecen y tienen que vérselas con los típicos problemas de adolecentes que empiezan recién a conocer la vida...en fin creo que ya se entendió la idea…
La cosa es que hoy por hoy veo esa novela, que, aunque no me gusta tanto como Floricienta, la verdad es entretenido ver las aventuras de Luisana, Bautista, Camila, Tali, Federico (número 11 para quienes me entiendan), María, Tok…y también entiendo como es que haya sido posible que se realicen ya ocho temporadas y la novena esté en planes, además de hacer una película y sacar varios discos con sus canciones y cuentos…Porque…vamos…quien se puede resistir al “Libro de la vida”.

Con Cariño
Daniel Cevallos II (nombre artístico)

1 comentario:

Ahmed dijo...

Esta es la prueba más FEAciente de que es urgente tu retorno a un aula de clases.... jajajaja