Paradójicamente, cuando la democracia y la libertad triunfan, en apariencia, en un planeta que se ha desembarazado de la mayoría de los peores regímenes dictatoriales, la censura y las manipulaciones retornan con renovada fuerza bajo diversos disfraces. Seductores opios de las masas proponen una especie de “mundo feliz”, distraen a los ciudadanos e intentan apartarlos de la acción cívica y reivindicativa. En esta nueva era de la alienación, en la época de Internet, la World Culture, o cultura global, y la comunicación planetaria, las tecnologías de la información desempeñan un papel ideológico fundamental para amordazar el pensamiento. Y en esta corriente están sumergidos los gobiernos de tanto de izquierda como de derecha.
Por un lado la supremacía geopolítica y el ejercicio de la hiperpotencia distan de garantizar un nivel de desarrollo humano satisfactorio a todos los ciudadanos. Entre los habitantes de un país tan rico como Estados Unidos (mi patria), hay treinta y dos millones de personas cuya esperanza de vida es inferior a sesenta años; cuarenta millones sin cobertura médica; cuarenta y cinco millones viviendo por debajo del umbral de la pobreza, y cincuenta y dos millones de analfabetos funcionales A Barack le espera un durísimo trabajo por hacer puertas adentro, EEUU debe dejar de lado sus políticas intervencionistas si quiere superar su crisis (porque esta no solamente se da a nivel económico) sino que afecta a todos los aspectos del Estado.
Los dirigentes de los grandes grupos financieros y mediáticos, (judíos y otras alimañas) ocupan la realidad del poder, e influyen con todo su peso sobre las decisiones políticas de los gobiernos legítimos y los parlamentos elegidos. En definitiva, secuestran la democracia en su provecho, garantizando sus intereses. Barack no es el hombre más poderoso del mundo sino que debe lidiar con los poderosos ocultos entre las sombras.
Por otro lado en el seno de la izquierda que realmente entiende la necesidad de renovación de las estructuras totalitarias del marxismo leninismo tomaron cuerpo cuatro convicciones nuevas que condicionaban la esperanza de transformar radicalmente la sociedad: ningún país puede desarrollarse seriamente sin economía de mercado; la estatalización sistemática de los medios de producción y de intercambio provoca despilfarros y penuria; (pero eso no lo entienden los defensores del nuevo “socialismo” al mas puro estilo Latinoamericano revoltoso ochenteno que se gastaron 20.000 milloncitos en 2 años) la libertad de pensamiento y de expresión tiene como condición necesaria cierto grado de libertad económica. De lo contrario hablamos de regimenes fantoches disfrazados de demócratas que alimentan odios de clases y hunden a países pobres para dejarlos aun más pobres.
Es verdad que Aristóteles lanzo la máxima de que el hombre es un animal político por naturaleza, pero con las joyitas que tenemos en la política contemporánea mundial uno se pregunta ¿para que sirve realmente la política? ¿No se trata tan solo de una nueva forma de encasillamiento a favor de los caudillejos y sujetoides que están de moda? Ahí les dejo la inquietud.
Por un lado la supremacía geopolítica y el ejercicio de la hiperpotencia distan de garantizar un nivel de desarrollo humano satisfactorio a todos los ciudadanos. Entre los habitantes de un país tan rico como Estados Unidos (mi patria), hay treinta y dos millones de personas cuya esperanza de vida es inferior a sesenta años; cuarenta millones sin cobertura médica; cuarenta y cinco millones viviendo por debajo del umbral de la pobreza, y cincuenta y dos millones de analfabetos funcionales A Barack le espera un durísimo trabajo por hacer puertas adentro, EEUU debe dejar de lado sus políticas intervencionistas si quiere superar su crisis (porque esta no solamente se da a nivel económico) sino que afecta a todos los aspectos del Estado.
Los dirigentes de los grandes grupos financieros y mediáticos, (judíos y otras alimañas) ocupan la realidad del poder, e influyen con todo su peso sobre las decisiones políticas de los gobiernos legítimos y los parlamentos elegidos. En definitiva, secuestran la democracia en su provecho, garantizando sus intereses. Barack no es el hombre más poderoso del mundo sino que debe lidiar con los poderosos ocultos entre las sombras.
Por otro lado en el seno de la izquierda que realmente entiende la necesidad de renovación de las estructuras totalitarias del marxismo leninismo tomaron cuerpo cuatro convicciones nuevas que condicionaban la esperanza de transformar radicalmente la sociedad: ningún país puede desarrollarse seriamente sin economía de mercado; la estatalización sistemática de los medios de producción y de intercambio provoca despilfarros y penuria; (pero eso no lo entienden los defensores del nuevo “socialismo” al mas puro estilo Latinoamericano revoltoso ochenteno que se gastaron 20.000 milloncitos en 2 años) la libertad de pensamiento y de expresión tiene como condición necesaria cierto grado de libertad económica. De lo contrario hablamos de regimenes fantoches disfrazados de demócratas que alimentan odios de clases y hunden a países pobres para dejarlos aun más pobres.
Es verdad que Aristóteles lanzo la máxima de que el hombre es un animal político por naturaleza, pero con las joyitas que tenemos en la política contemporánea mundial uno se pregunta ¿para que sirve realmente la política? ¿No se trata tan solo de una nueva forma de encasillamiento a favor de los caudillejos y sujetoides que están de moda? Ahí les dejo la inquietud.
Juan Francisco alias Jhon
1 comentario:
"ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario"
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