martes, 14 de julio de 2009

EL PASILLO: ESENCIA MISMA DE TODO UN PUEBLO

El pasillo es, sin lugar a dudas, el género musical emblemático del Ecuador, se ha convertido con el tiempo en la máxima expresión del arte musical Ecuatoriano, en esencia y parte arraigada de la identidad de todo un pueblo desde el Carchi al Macará (como diría un profesor escolar) y es que quizá no haya nada tan profundo, melancólico, sentimental y original que un pasillo donde se ha empleado mas que la pluma para escribir y mas que la guitarra para darle las tonadas.

En el pasillo se logra producir emociones y sensaciones siempre originales que se acompañan de remembranzas; y es ahí cuando viene a la mente aquella emoción vesperal por el terruño añorado (en el caso de los autoexiliados) o por la amante siempre presente (en el caso de los decapitados). A veces he escuchado decir que es necesario estar lejos del país para reconocer el verdadero valor de un pasillo, en realidad creo que es suficiente con darnos el tiempo para conocerlo y disfrutarlo.

En sus orígenes, el pasillo es una derivación del vals europeo que se bailaba en los salones de la aristocracia criolla a inicios del siglo XIX. En este contexto irrumpió con fuerza el pasillo, privilegiando un ritmo más acelerado que el tradicional vals, lo cual obliga a ejecutar pasitos cortos para bailarlo (de allí el origen del nombre).

En términos generales habla la mayoría de las veces sobre distintas divisiones que tiene el pasillo ecuatoriano dadas básicamente por su diferente ritmo. Tenemos al pasillo de tipo serrano, de corte más bien melancólico, hablando de desamores y esperanzas (que a veces cala hasta los huesos y se puede acompañar con una que otra copa) y otro de estilo costeño: festivo y más rápido (que siempre anima las tertulias). El pasillo de la Sierra tiene además variantes regionales mas o menos marcadas; está el pasillo de la Sierra Norte, representado por la obra de grandes compositores como Carlos Amable Ortiz, Marco Tulio Hidrovo, Guillermo Garzón, Carlos Guerra, y Miguel Ángel Cazares; el pasillo azuayo de Francisco Paredes Herrera y Rafael Carpio Abad, y el pasillo identificado en las composiciones de Segundo Cueva Celi y Salvador Bustamante, que según el maestro Edgar Palacios (gran trompetista interprete de pasillos) podría considerarse lojano y con marcada influencia española por su ritmo. El pasillo costeño donde destacan Nicasio Safadi, Enrique Ibáñez Mora, o Carlos Solís

No puedo quedarme sin destacar los nombres de Medardo Ángel Silva y José María Egas, poetas de la llamada de los decapitados, son también los mas reconocidos autores de las letras de 2 pasillos de enorme popularidad como "El Alma en los Labios" (el pasillo entre pasillos) e "Invernal", respectivamente. Enrique Espín Yépez también destaca con sus melodías más famosas como "Pasional" y "Confesión", además Carlos Guerra Paredes es autor de la canción tonada "Esta guitarra vieja".

Pero todas estas hermosas letras y tonadas necesitaron siempre de una voz adecuada que pueda interpretarlas con la suficiente maestría, y allí es donde aparecen en escena los grandes dúos como Benítez y Valencia, Miño Naranjo, voces individuales como las de Carlota, Pepe y Julio Jaramillo (grande JJ). Y de las canciones ni hablar, además de las ya citadas hay que mencionar otras como “El aguacate”, “Esta pena mía”, o “Sombras” y como olvidarme de “Ángel de Luz” que son de los mas queridos por todo lo que significan en su conjunto. Para quienes tengan curiosidad y tengan ganas de descubrir al pasillo les recomendaría iniciar escuchando versiones de artistas contemporáneos que le dan un toque muy bueno a las melodías como el caso del Juan Fernando Velasco, Héctor Napolitano y otros, también pueden disfrutar escuchando diferentes versiones en el programa “La hora Nacional” en Canal Uno Internacional.

Debo confesar que hace unos años consideraba en general a la música nacional y en particular al pasillo como triste y bucólico, pero con el tiempo uno va descubriendo que el pasillo es mas que eso, que despreciarlo es no entender el alma Mater de todo un pueblo, el ecuatoriano, tan mestizo, tan diferente y mágico al mismo tiempo que a través de un genero musical es capaz de plasmar historia, vivencias, remembranzas y esperanzas. El pasillo es tan hermoso y a veces tan sublime porque es un poema hecho canción 2 elementos que en armonía logran este fantástico producto final: poesía y música a la par.

El mundo de la música es tan amplio, profundo y aun mágico que devela la esencia misma del ser humano, la música es una extensión del alma y el pasillo es en este caso solo una parte de ella, lo importante es tener la capacidad y la claridad necesaria para descubrirlo sin prejuicios, sin encasillamientos ni absurdas distinciones.

John es John

Los demás…..

Son cuento

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