Caminaba por la calle el otro día con unos dos amigos (podría decirse que ya son un par de cineastas), paramos en un local de películas para ver que había de interesante, detrás del vidrio vimos una película con una portada llamativa (la de la foto de al lado). Los comentarios que suelen poner decían “una de las películas más estúpidas y repulsivas jamás filmadas”, “una magistral elección de mal gusto”… “John Water’s Pink Flamingos”. Mientras mirábamos esa caja escuché que un amigo decía: -Si sientes asco por la vida tienes que ver esta película, me la hicieron ver en el InCine el otro día…- Siguiendo esas palabras y en especial la idea del asco por la vida me la estuve comprando unos días después…no me arrepiento de haberlo hecho.
No podría considerar a esta película dentro de “Las películas de mi vida” porque no es que me haya marcado de una manera especial, no me dijo nada nuevo a las ideas que ahí tenía, la vida es asquerosa…no sé como la hubiera visto antes o ahora, quizás no la hubiera terminado de ver siquiera, pero estaba bien para ese momento, una película repulsiva desde donde quiera vérsela, unos argumentos malos, diálogos groseros, una temática asquerosa, situaciones completamente repugnantes, actuaciones que en otra película hubieran sido dignas de reclamo, pero para esta eran perfectas, hacían lo que debían hacer. Desde la misma propaganda que presentaron para el cine podríamos hacernos una pequeña idea lo que nos espera: “John Water’s Pink Flamingos, an exercise in bad taste” (“Pink Flamingos de John Water, un ejercicio en mal gusto”), quizás esto podría quedarse corto, algunos comentarios que recibió luego podrían ser más adecuados, pero en fin, cumplía con su objetivo, era una genial muestra de lo que podríamos considerar asqueroso, impactante, estúpido, hasta reprochable, ofensivo e insultante para mucha gente, pero divertido para otras personas.
Se me hizo muy parecida (y lo siento si consideran incorrecto comparar esta película así) en muchos aspectos a lo que Lynch nos suele presentar, pongo a Dumbland como un fácil ejemplo, personajes y situaciones desagradables y desesperantes. O también me recordó a Jodorowsky y sus personajes trastornados, con algún problema físico y/o sicológico. Ambos directores logran impactar con lo que nos muestran, pero van mucho más allá. La gran diferencia es que Water no llega a salir de lo repulsivo, no busca tanto conflicto que no sea lo asqueroso, no necesita tampoco buscarle otro fin a su película, trata sobre eso después de todo.
La idea de hacer algo malo o algo absurdo proponiéndose eso mismo llega a ser muy bien trabajada en este caso, Pink Flamingos llega a convertirse en una muy buena película vista así, y si lo que se quiere es ver algo que impresione es muy recomendable.
Con Cariño
Daniel Cevallos II (nombrte artístico)